miércoles, agosto 30, 2006

De Médico en Médico

Año 2000

No tengo fiebre, no me duele la garganta, pero no hago más que moquear y estornudar. Después de seis años viviendo en mi casa es la primera vez que visito mi médico de cabecera.

Enfermedad: Catarro Común

Año 2003

Marzo

No hago más que rascarme la mano y me salen erupciones. Cada vez me pica más y más. Me vuelvo a acercar a mi médico.

Enfermedad: Eccema

Diciembre

Me sigue picando la mano que es una cosa mala. No me ha curado en absoluto el tratamiento que me ha mandado.

Enfermedad: Dermatitis Atópica

Año 2005

Meses Varios

Tengo varias cosas y voy varias veces al médico por varios motivos diversos, de los que no voy a hablar.

Enfermedades: Varias y Consultas

Noviembre

Accidente con mi pierna.

Enfermedad: Luxación de la Rótula Izquierda

Año 2006

Junio - Julio

Me siento muy mal, me irrito con demasiada facilidad, no duermo demasiado bien, siento un tipo de apatía... El tratamiento no deja lugar a otras enfermedades, prácticamente, sólo a dermatitis (prácticamente).

Enfermedad: Depresión

Agosto

Por un lado pido volante para el psicólogo y por otro me pica mucho la mano, casi me desmayo mientras friego platos y me asfixié durante la noche.

Enfermedades: Eccema, azúcar bajo y ansiedad.

Empiezo a creer que realmente los médicos son unos mata sanos, sino, que me lo expliquen...

martes, agosto 29, 2006

Blandy Blub

Ella me pilla el brazo y tras un rato me dice: "Estás blandita". Onizeth me revisa y afirma lo mismo.

El médico del Continente perdido durante una revisión ordinaria me suelta: "Tienes los músculos muy flojos". Yo pienso para mis adentros: "Sí, por eso soy blandita".

Ithilien me hace una demostración sobre lo que le hizo a Estel mientras le pellizcaba los mofletes. No me duele. Ithilien abre los ojos y tras mirarme con una sonrisa maliciosa me suelta: "¡Estás blandita! ¡Eres un Blandy Blub!". Tras lo cual me lo suelta como si fuera un insulto o un nuevo descubrimiento: "¡¡Blandy Blub!! ¡¡Blandy Blub!! ¡Eres una Blandy Blub!".

Me levanto por la mañana, todavía dormida (como siempre), me voy al sofá para terminar de despertarme. Ithilien: "¡Buenos días, blandita!".

domingo, agosto 27, 2006

El Poder del Abrazo

Telediario 2003. Anazia ve la Tele.

Un reportaje anuncia que existe una nueva terapia basada en abrazos. No sé qué opinar, sólo me gusta que me abraze esa persona especial que va todos los días conmigo a todos los lados. Me parece, no obstante, una buena idea, porque sus abrazos parecen un bálsamo delicioso contra cualquier mal, pero que me lo dé otra persona todavía me parece algo... no sé, bastante negativo.

Según el reportaje, los abrazos aumentan el flujo de endorfinas en sangre y alivian los males.

Actualidad

Una llamada fatal y acabo peor. Wen me da un abrazo. Me olvido repentinamente de todos los males, repentinamente me siento feliz por existir, me alegra tener una amiga como ella y me gustaría que siempre estuviera ahí, dándome abrazos. Pase lo que pase, pocas cosas me hacen sentir tan bien como un abrazo suyo. ¿Será el Poder del Abrazo?

sábado, agosto 26, 2006

Mi Sueño

Recuerdo haber hablado una vez sobre este tema con una de las personalidades más hermosas de cuantas he conocido: una mujer, cuya simpatía y noble bondad hacia mí antes y después de la tragedia de mi encarcelamiento sería imposible describir; que verdaderamente me ha ayudado, aunque ella no lo sabe, a soportar el peso de mis males más que nadie en el mundo; y todo por el mero hecho de su existencia: por ser lo que es, en parte un ideal y en parte una influencia, una sugerencia de lo que uno podría llegar a ser y a la vez una ayuda real para llegar a serlo, un alma que embalsama el aire común y hace parecer lo espiritual tan natural y sencillo como la luz del sol o el mar, una persona para quien la Belleza y el Dolor caminan de la mano y tienen el mismo mensaje.

De Profundis.
Oscar Wilde
Monty y yo hablamos una vez de nuestros sueños. Él quería que su nombre apareciera alguna vez en algún libro... y bueno, al ser traductor ese sueño se le cumplió.

Mi sueño es más complejo, además es muy difícil saber si se me ha cumplido. Siempre he querido ser esa persona que se descibre arriba para alguien famoso e influyente. Que fuera Oscar Wilde quien escribiera eso ha sido bastante importante para mí, pero me habría gustado muchísimo que eso que escribe fuera sobre mí. Ése es mi sueño desde que tengo conciencia. Ser alguien influyente para alguien importante. No quiero ser famosa, no quiero que mi nombre aparezca en ninguna parte, sólo quiero regalarle a alguien parte de mí y que esa persona lo aproveche al máximo enseñándoselo a otros... es más difícil de explicar de lo que parece.

En fin, mi sueño se reduce a que me gustaría que alguien importante dijera justamente esas palabras de mí. Me chocó mucho leerlo esta tarde, porque son casi las palabras exactas. En vez de Belleza y Dolor me gustaría que dijera Vida y Muerte, pero no cambiaría ninguna palabra más...

viernes, agosto 25, 2006

Las Colombinas Grandes

Colombinas 2005 (Huelva)

Anazia se dispone a ir acompañada por Onizeth como todos los años a ver la pequeña feria de Huelva. Es chiquitita y acogedora, puedes verla en 30 minutos montándote en 2 cacharritos de feria, no es realmente nada llamativa. Además, como cada año, no se monta en nada y casi no gasta dinero. No ve los conciertos gratuitos porque no es la música que le gusta.

Lo único que hacen es acercarse a los puestos de tiendas. El Mercado de Neopets me recuerda enteramente a lo que se ve allí. Unos tienen cachibaches más baratos, el otro tiene trastos interesantes... Es lo único que realmente me motiva a desplazarme hasta las Colombinas, porque desde donde vivo hasta ahí hay más de 5 km a pie (porque para entonces no tenía a Scotty, aún así el aparcamiento es un caos).

La Feria 2006 (Málaga)

Otro ambiente, otro mundo. El aparcamiento es casi parecido, sólo que es gratuito y está algo más lejos, pero aceptable. Allí vamos las cuatro guerreras, queriendo conquistar lo inconquistable.


¡La Noria! Está clarísimo, habrá que montarse en la Noria, ¡yo, que sufro vértigo! ¿Cuánto hace que no me monto en un cacharrito? ¡Ya ni lo recuerdo! Pero mientras nos acercamos a la Noria no sólo gira y gira y gira, sino que lo hace muy aprisa, parece que le va a coger el toro, pero lo que realmente coge algo es el pánico que siento. ¿Y si se rompe mientras estoy montada y salimos volando a esa velocidad?

Nos montamos las cuatro guerreras, después se montan unas cuantas personas más dejándonos arriba del todo, recordándonos la distancia que hay hasta el suelo. (Momento que tomé las fotos, arriba del todo). ¡Empieza la Fiesta! Mi estómago sube y baja, sube y baja con cada vuelta que da la Noria, es una sensación increíble, no podría explicarla. Por un lado chillaba por la angustia que me producía la subida y bajada del estómago (mientras las otras tres guerreras se reían de mí) y por otro lado esperaba repetirlo otra vez con una vuelta más...


Mientras estamos arriba, subiendo y bajando, se ve lo que véis a continuación: el cacharrito de las Cataratas. Las guerreritas más pequeñas parecen soñar que la Noria se cae dentro, mientras a la vez sueñan también montarse ahí. Almaceno ese dato en mi memoria.


Damos una increíble vuelta para buscar el siguiente cacharrito al que montarse las guerreritas. Se les propone cambiarlo por un helado y empiezan a asentir, a esto que saco a coalisión el dato que almacené en su momento y parecen iluminárseles las caras. Así que nos dirijimos a las cataratas y esta vez son tres las guerreras que luchan contra el agua.

En fin, todo lo bueno se acaba alguna vez. Y aquí está Anazia para sacar conclusiones. Este año he tenido unas Colombinas gigantes, que no se veían dando una única vuelta ni tampoco en 30 minutos. Había tres calles de unos 700 m llenitas hasta la bola de casetas y más casetas (que por supuesto no vi todas) muy coloridas y simpáticas. Incontables calles con cacharritos para todas las edades y aún así, me dicen que no lo he visto todo. Que me han faltado muchísimas cosas por ver (espero descubrirlas el año que viene).

Onizeth no venía conmigo, pero yo no dejaba de sentirle en mi corazón.

PD: La última foto les gusta a las guerreras más oscura. Pero yo he puesto ésta más iluminada porque así me quedé con la cara.

miércoles, agosto 23, 2006

Alegatos

Tengo un post en borrador sobre unas colombinas gigantes que he pasado aquí en Málaga, pero por problemas técnicos en su momento lo he tenido que aplazar y ahora mismo sólo hay una idea en la mente que me ronda la cabeza, y bueno, hasta que no la suelte no seré capaz de componer nada más creativo.

Conversación por el Móvil:

Anazia: - Te quiero
Onizeth: - Eso lo dices para autoconvencerte.

"¿No será que eres tú el que no me quiere a mí?" Es la pregunta automática que siempre me viene a la cabeza, y me duele en lo más hondo de mi corazón. Suele responderme también con un: "¡Sí, hombre! ¡Y voy yo y me lo creo!". ¿Habrá entendido mi estallido de furia cuando ocurrió ayer, otra vez, esta conversación?

Antes me lo decía él más a menudo de lo que yo se lo decía a él, y yo le respondía un: "No... no tanto como yo". ¿Por qué no me ha dicho ayer ni un solo "Te quiero" o "Te echo de menos"? ¿Por qué cuando se lo pasa bien con ella parece olvidarse de mí y no me dice nada que me alente a quererle más? Casi siempre interrumpe nuestras conversaciones cuando está con ella a pesar de que necesito hablar con él y yo nunca se lo he hecho a él.

Lo siento, pero necesito sacar todo este resentimiento para no demostrárselo a él. Sé que me quiere, me lo demuestra con gestos muy pequeños pero significativos, sé que es un buen hombre y más que cariño le quiero de verdad, y sé que él me quiere. Ha soportado demasiado para no quererme. Pero tengo que sacar todo lo que tengo en mí sin que él lo sepa, porque ya se lo he sacado a él demasiadas veces, ya se lo he dicho demasiado a menudo.

No sé si habréis adivinado que él no me lee, y cuando lo hace no me comenta. Parece que no quiere inmiscuirse en lo que me importa, ¡¿pero no entiende que yo quiero que lo haga?! A veces me entran ganas de gritarle al cielo que él no hace lo que quiero, ¡pero tampoco le importa lo que yo quiero! Y me entra una desesperación agobiante. Me quiere, lo sé, ¿pero por qué no lo demuestra y se preocupa por lo que me haría feliz a mí?

Otra conversación por el móvil:

Anazia: - ¿Quieres ir a Isla Mágica conmigo?
Onizeth: - Ah, pues me parece buena idea.
Anazia: - Bueno, ¿y cómo lo haremos?
Onizeth: - Todavía queda mucho tiempo para que llegue el momento, ya lo veremos más adelante.
Anazia: - ¡Pero si sólo quedan dos semanas! Tendremos que decidir algo.
Onizeth: - No veo el porqué.
Anazia: Bueeeno, vale. ¿Y al final vamos a ir de camping o no?
Onizeth: - Pues no lo sé todavía, ya lo veremos.
Anazia: - ¿Entonces cuándo le digo que voy a mi madre?
Onizeth: - Dile que no sabes cuándo vas a ir, si el viernes o el sábado.

¿Por qué no hace un pequeño esfuerzo para entender mi mundo de ilusiones? ¿No ve que sin esas pequeñas ilusiones para mí no merece la pena seguir viviendo y es lo que ha causado que esté como estoy?

Otra conversación vía móvil:

Onizeth: - ¿Qué te pasa?
Anazia: - No, nada, no me pasa nada.
Onizeth: - Sí te pasa algo, anda cuéntamelo.
Anazia: - Pues sí, me pasa algo, pero no tiene importancia.
Onizeth: - Anda, venga, cuéntamelo.
Anazia: - No, cariño. Porque vas a intentar solucionarlo, realmente no tiene importancia y cuando ocurra algo que de verdad tenga importancia vas a estar demasiado cansado para solucionarlo porque te has preocupado demasiado por cosas que no tienen importancia y que te podrías haber ahorrado. Como ya ha pasado.
Onizeth: - Vale, tienes razón.

Sé que me quiere, y desde luego que yo estoy enamorada. No sé si es injusto, pero los 300 km que me separan de él me parecen un abismo ante los 1000 km entre Wendeling y Monty o los casi 3000 km que soporta Zarem.

jueves, agosto 17, 2006

Las Llaves

Freud dice que tienen un significado concreto en los sueños, pero no voy a hablar de ése.

Las llaves son aquellos elementos que abren cerraduras, puertas, etc. Jamás olvidaré lo que me impresionaba de pequeña la cantidad de llaves que tenía mi padre. Sólo tenía un llavero, para poder colgárselo al pantalón. Recuerdo que cuando se compró el nuevo sofá mi madre le increpaba a cada rato para que se las descolgara y no dañara el nuevo sofá de cuero.

Hubo un tiempo en el que estuve casi obsesionada por esas llaves. Quería saber qué abría cada una de las llaves, aunque no se lo quería preguntar a él. Así fue como cuando menos se lo esperaba me las pillaba yo solita y me imaginaba qué abrían. Era evidente que había dos o tres llaves para abrir coches y conducirlos, y otras llaves para poner el bloqueo del volante. De vez en cuando se veían esas llaves eléctricas que abrían puertas de garaje. Había pocas llaves metálicas de las normales, constituían la pequeña minoría, eso hacía que ocuparan muchísimo espacio y apenas entraran en los bolsillos ni nada.

Cada día lo recuerdo más a menudo cada vez que veo mis llaves. Aumentan en cantidad y en tamaño. Al principio sólo eran 3 llaves, ahora... ni lo sé. Están las llaves de siempre, las llaves de Scotty y las llaves de mi nueva casa.

Durante su ausencia tenía una llave demás, la llave del portal, para no tener que depender de vecinos al abrirme la puerta de abajo. Cuando la he devuelto a su dueña original no os imagináis el alivio interior que supuso en mi, fue como sacarme una pesada piedra que tuviera encima. Las echaba muchísimo de menos, ahora que están aquí, descubro realmente cuánto. Igual que me pasó con Onizeth. ¿Cuándo le volveré a ver?

martes, agosto 15, 2006

La Cartera

Un elemento cotidiano, ¿quién no lo usa por lo menos tres veces a la semana como mínimo? Muchos tienen ahí sus escondites preferidos para esas cosas pequeñas que no quieren que nadie vea, pero todo el mundo tiene ahí los documentos acreditativos de nuestra identidad. Cada cartera es única, según su dueño la configure, es casi tan parecido como un bolso para una mujer, pero es unisex.

Hoy me he decidido a poner orden en la casa, aunque no está todo patas arriba, me desanima algo entrar, y empezé por mi cartera. ¿Qué pasa? Es un sitio como cualquier otro...

Me ha faltado sacudirlo para sacar todo lo que tenía y volverlo a meter, ahora nada está en el sitio que tenía. ¿Cómo podía tenerla tan mal configurada? Lo único que está igual es el sitio de los billetes (porque billetes no hay dentro) y las monedas (que hay muchísimas... de un o dos céntimos).

He encontrado cosas muy... valiosas para mí, pero que nadie me daría ni medio céntimo por él. Recuerdos muertos, literalmente, como mi hermano. Lo único que he conseguido guardar suyo, lo único que me han dado para su recuerdo.

Apenas le recuerdo, tengo imágenes en la que mi hermana, con 3 años, se arrimaba a él y le daba las buenas noches, y recuerdo el temor que yo sentía por mi hermana, porque se acercara a él, por las cosas que él podría hacerle. Sentía verdadero pavor cada vez que compartía una habitación con él. Era completamente irracional, pero sólo ocurría una o dos semanas a lo largo de todo un año. Apenas aparecía por su propia casa cuando nosotros la ocupábamos (aunque era propiedad de mi padre, era él quien lo disfrutaba).

Inocente de mí le prestaba oídos a las malas lenguas. No sabía porqué mi padre le gritaba por las cosas, no entendía lo que decía, pero si mi padre le gritaba, que también era su padre, entonces ha hecho algo malo, y si le grita tanto es que hace muchas cosas malas. Si hace tantas cosas malas, él es malo. Pánico sentía cada vez que me miraba.

La gente en la calle y por la familia no ayudaba en absoluto. Le contaban cosas a mi padre y yo las oía, aunque no las entendía, sentía que eran cosas malas. Notaba en ellos el tono de reproche y desilusión por él, lo cual afianzaba mi sentimiento de terror hacia él.

Murió, yo tenía 9 años, y las malas lenguas se callaron. Empezaron a salir buenas palabras referidas a él, a esa persona que jamás conocí ni me preocupé por hacerlo. Jamás olvidaré las palabras que salieron de la boca de mi padre un día: "Él era un buen muchacho." Y mi tía, también desaparecida, contestándole: "Sí, si alguien necesitaba algo que él tenía, aunque a él le hiciera falta, él se lo daba". Tras eso mi padre le respondió: "Si alguien se merece el cielo, ése es él".

11 años. Nos vinimos definitivamente a vivir a este rincón del mundo. Su habitación permanecía completamente intacta, acumulando polvo y dándole un hábitat para sobrevivir a una araña enorme. Nos aventuramos a desalojarla porque nos vamos de esa casa. Un escapulario.

Lo encuentro y lo observo. Mi madre me explica lo que es y me pide que lo lleve siempre conmigo y lo guarde con cariño. Desde entonces y hasta ahora, siempre ha estado en esa cartera mía. Para mí es un elemento casi imprescindible. Es el único recuerdo que tengo de mi hermano desconocido, del que no me preocupé en conocer, del que no sé nada por mí misma.

lunes, agosto 14, 2006

Mi Primer Trabajo

Todo el mundo tiene experiencia laboral de una u otra manera. Yo puedo contar con mis prácticas de empresa, e incluso con unos días de freganchina en el restaurante de un hotel, pero realmente no formaba parte de la plantilla y me sentía más estorbo que otra cosa. Además, las prestaciones que recibía a cambio (en el caso de las prácticas: nulas) apenas llegaban para salir un fin de semana.

Por fin he encontrado un trabajo por mí misma, sin intermediación, y perteneciendo a una plantilla de verdad, con mi seguro médico, con mis ventajas en ventas, etc. Son muy pocas horas, apenas llega para sobrevivir en caso de ser dependiente. Desde luego que no es para buscarte la vida y convertirte en un ser independiente. Pero empiezo a tener líneas para rellenar en el currículum.

Incluso me he llegado a plantear pagar dinero para poder rellenar esas líneas de currículum. Con uno de los cursos a distancia de idiomas y trabajo. No sabría decir ahora a cuál me habría apuntado ni nada, pero me parece muy triste tener que pagar para conseguir un buen empleo.

Estudiar es otra cosa, consigues algo más que una línea para rellenar a cambio de tu esfuerzo. Aprendes cosas, conoces a compañeros, lo que hagas es para tí, no le regalas a nadie tu trabajo.

¡Hasta tengo uniforme! Me gusta trabajar para grandes marcas, aunque me sienta explotada, pero prefiero sentirme explotada ahí que en una empresa pequeña que no conoce ni el hermano del dueño. Me alegra haber encontrado al menos esta oportunidad, aunque no tiene nada que ver con el mío, menos el tema de ponerle cara al público y poner la otra mejilla, al menos tengo esto.

¡Aunque insisto en llamarlo Continente!

domingo, agosto 13, 2006

Mejor

Bueno, ya estoy un poco mejor... que sé que seguro que estáis preocupados. Ahora lo releo y me imagino que es otra persona la que lo escribe y no sé. Me resulta un poco raro. Mis emociones son muy fuertes y me resulta bastante difícil expresarlos con delicadeza, soy una persona muy directa.

Lo que realmente no tengo muy claro es si quiero que esos sentimientos se hagan públicos. No tengo miedo en confiar a mis amigos, pero esto no lo leen todos mis amigos, y tampoco todos los que lo leen son amigos míos.

Lo hecho, hecho está. Intentaré controlarme más.

¿Me supera?

¡¡No puedo!! ¡¡No puedo!! ¡¡No puedo!!

Odio las enfermedades psicológicas, las odio en lo más profundo de mi corazón, pero lo que más odio es sufirla, ¡¡y tomarla como excusa!! Pero no ante los demás, soy consecuente con lo que hago, si Onizeth no soporta más la situación no voy a obligarle a que me siga.

¿¡¡¡¡Pero porqué lo utilizo ante mí misma!!!! ? ¿Por qué creo que me estoy curando? ¿Por qué c*** soy tan enreversada? Estoy harta, de verdad, estoy harta de mí misma. Odio tener que hacerme la pregunta de si lo que digo es cosa mía o cosa de la enfermedad, y ahí es cuando empiezo a excusarme a mí misma, a creerme más fuerte que ella, a creer que lo que digo es de verdad cosa mía, a que la enfermedad saca las cosas malas de mí... Estoy muy liada.

No me gusta desnudarme en mi blog, no me gusta mostrar lo que pienso.

¡¡¡¡¡¡¡¡Odio no ser dueña de mí misma!!!!!!!! Esto no se puede acallar, no se puede decir que ya pasará y dejarlo pasar, ¡¡no es así!! Estoy destrozando muchas vidas, pero antes que la de nadie la mía propia. Es tan fácil confiarte en que te estás curando... es tan fácil pensar que vuelves a tener el control sobre tí, ¡¡¡pero todo es mentira!!!

Lo único que puedo hacer es gritarlo a los cuatro vientos, pero no quiero que nadie se crea que es una excusa, ¡sólo es una verdad! ¡¡¡¡Me estoy destrozando a mí misma!!!!

Tan pronto crees que estás curada como que la medicina no sirve de nada... Parece que la enfermedad piensa por sí sola y lo único que intenta es convencerte que ya no te hace falta la medicina, y te lleva de un extremo a otro. Si no es porque ya estás curada, es porque no sirve de nada... ¡¡Parece un ser vivo!!

Detesto escribir así en el blog, pero tengo que expresarlo. Sé que me queréis ayudar, y que quizás estas líneas os duelan, pero esto es algo con lo que tengo que luchar yo sola, donde necesito ser mi propio pilar, donde necesito confiar en mí misma. Sólo necesito algún abrazo y más que un beso de vez en cuando, alguien que me demuestre que merece la pena luchar contra todo esto.

Porque esto, aunque parezca mentira, es una constante lucha. No sé si es una lucha desigual, pero me siento con tantas fuerzas ganadas como perdidas... Quiero luchar, pero no estoy segura de que pueda ganar. Y por favor, no me digáis que ganaré, porque eso no es lo que necesito escuchar, ni tampoco que vosotros vais a estar ahí, porque eso ya lo sé.

¡¡¡¡Uaaaaghhhh!!!! ¡¡¡¡¡¡¡¡¡Otra vez!!!!!!!!!!! ¡¡Y mientras escribo!!

Hoy le he hecho muchísimo daño a Onizeth, ¿será capaz de perdonármelo? Le quiero muchísimo, quiero lo mejor para él, y creo que yo no lo soy. Se merece algo mucho mejor que yo, con eso quiero decir que no se merece para nada todo lo que está sufriendo por mi culpa, estoy cansada de hacerle daño.

Creo que está demostrado, conmigo no se puede hablar racionalmente. Conmigo sólo sirven los actos: un abrazo, un beso, darme alojamiento, darme de comer, pero no sirve de nada hablar o hacerme entrar en razón. Eso es terreno de eso y ahí lleva casi todas las de ganar.

Lo digo porque lo he notado cuando Onizeth ha venido. Mientras he tenido sus brazos a mi alrededor, su ternura acariciéndome y sus labios besándome, ¡¡¡¡todo iba perfecto!!!! Me abandonó ayer, volvió hacia allí, hablamos un rato por el teléfono, ¡¡¡¡¡¡¡y todo se va al traste!!!!!!! No sé qué hacer, no sé qué pensar...

sábado, agosto 12, 2006

Se fue

Aquí estoy, tras una semana de... no sabría describirla, lamentando que se fuera. Que volviera a nuestros orígenes... sin mí.

Reconozco que todo este tiempo que he estado en Málaga me ha hecho demasiado bien. Me estoy planteando quedarme a pesar de mis propios prejuicios (tengo que terminar mis estudios y tampoco he encontrado un trabajo tan bueno). Y que Onizeth viniera por estas fechas ha permitido recordar lo que fue todo lo nuestro hace cuatro años.

Hoy la calidad del post no va a ser la acostumbrada, mi corazón llora y no sé cómo decirlo con palabras bonitas. No sé cómo expresar la tristeza que inhunda mi corazón. Vuelvo a estar abandonada, primero ellas, luego él. Incluso mi confidente se ha ido... y últimamente casi no hay reencuentros.

No estoy sola, sé, en el fondo de mi corazón, que no estoy para nada sola. Tengo unos amigos de grandísima calidad, que ya quisiera cualquiera tener nada más que uno de ellos en su grupo, pero a mí me superan los dedos de una mano. Y me siento feliz y acompañada por ello, en el fondo de mi corazón...

Pero en la superficie, este corazón en breve (no superior a una hora) estará pasando códigos en una caja, sintiéndose la niña pequeña del gran Continente, la última en entrar en esa familia. Aunque de eso hablaré otro día.

jueves, agosto 10, 2006

Infidelidades

Si hay algo que tengo muy claro, es que jamás podría ser infiel. Lo he sido en sueños y una vez despierta pocas veces lloré tanto. No soy capaz de imaginarme querer a otro mientras estoy con alguien, ni por despecho o para hacerle daño. Supera con creces lo que soy capaz de hacer...

Una Conversación:

Onizeth: - Te seguiré queriendo aunque pruebes con otros.
Anazia: - ¡¡¡¿Qué?!!! ¿Me dejarías serte infiel?
Onizeth: - Hombre, no te dejaría, pero te seguiría queriendo. Te quiero mucho.

Anazia se queda completamente perpleja y durante toda la tarde sigue la conversación pasando por diversos matices.

Siempre he tenido claro que no es lo mismo ser infiel que poner los cuernos, la diferencia son los motivos y los sentimientos por los que se hace. Aún así, para mí, probar con otros significaría una insatisfacción con la pareja, y es algo con lo que jamás podría convivir. Si quiero a mi pareja, la quiero plenamente y por todo lo que hace, por muchos defectos que tenga, para mí será perfecto. No concibo la idea de probar con otros... teniendo mi pareja a mano.

Otra cosa es la distancia. Como ha dicho muy bien Almena en un comentario: "La distancia es como el viento, que apaga el fuego pequeño pero aviva el grande". Supongo que entonces sí estaría dispuesta a aceptar que me pusiera los cuernos (siempre y cuando no sea con ella). Yo no me planteo hacerlo, sería incapaz, pero creo que lo aceptaría, si él fuera completamente sincero conmigo.

Creo (y espero) que no se vaya a dar el caso. No sé si será por mi condición de Aries, pero soy muy tradicional en ese aspecto. Confío plenamente en mi pareja, espero que él también confíe en mí, tanto lo bueno, como lo malo...

martes, agosto 08, 2006

Yo Misma

Nuestros progenitores tienen derecho a una dosis de cariño, después de todo el esfuerzo que conlleva criarnos, merecen que uno se acuerde de ellos de vez en cuando, para agradecerles nuestra existencia. Así fue como ayer nos embarcamos en Scotty para encaminarnos a ver a sus abuelos. Unas personas mayores encantadores que sólo esperan un recuerdo de ellos de vez en cuando.

El GPS nos guiaba, pero para evitar aligerar el peso de nuestros bolsillos, que ya es bastante escaso, nos movimos entre montañas y caminitos intransitables. Aunque nos movíamos en la misma provincia, su pueblo no estaba al lado. Tardamos más de lo previsto y para aliviar ese retraso nos invitaron a esperar a Sandman allí.

Una noche tormentosa quiere que Anazia no duerma esa noche, ¿Sandman se habrá vuelto a olvidar de ella? Cuando pasa un rato, por fin encuentra una posición lo suficientemente cómoda.

No pasa demasiado tiempo cuando la agarran del pie, es una mano conocida y su toque es inconfundible. Se despierta encantanda sabiéndose acompañada. Todo estaba oscuro.

Onizeth: "Ponte los zapatos."

Con una enorme sonrisa en la boca lo hace completamente hechizada, aunque con legañas. Salen por la puerta, todo está medio oscuro.

Onizeth: "Vamos a ver el amanecer."

Un deseo cumplido. Soñó con eso durante gran parte de su vida, y sentía envidia cuando se realizaba en las películas, pero por fin le toca a ella. Por fin le regalan un amanecer. ¡Qué feliz se siente!

Una agradable mañana, consigue finalmente descansar. Y después de varias charlas sobre diversas cuestiones llega la hora de regresar. Esta vez con indicaciones más experimentadas y rápidas arriban en el destino adecuado.

Onizeth hace lo que haría siempre, sin más, pero... ¿Por qué Anazia se siente ofendida? ¿Por qué Anazia tiene ese sentimiento de que no hace lo que debería? ¿Por qué se ha olvidado del amanecer regalado? ¿Por qué siente furia? ¿Por qué no piensa con claridad? ¿Por qué se comporta tan bruscamente?

Cuando las aguas se calman, Onizeth hace una indicación precisa:

- ¿Te has tomado la medicina?

Como no pensaba dormir en casa ajena, no se la había llevado. Anazia deja de hacerse las preguntas de antes porque Onizeth ha respondido a su pregunta...

Es duro, darte cuenta que es una simple pastilla la que controla tu ánimo, la que le da sentido a tu vida. Siempre he luchado por ser yo misma, por reinvindicar mi existencia y mi forma de pensar única y mía, ¿y ahora sólo la puedo controlar mediante una pastilla? ¿Cuándo soy yo misma: cuando me tomo la pastilla o cuando no me la tomo?

Zarem me ha ayudado con su testimonio, me ha hecho ver que no se trata de estar controlada por una simple pastilla, sino que es como cualquier enfermedad: necesita un remedio. Hay un desajuste en el cuerpo mediante sustancias, fluidos, o como se llamen, y es ésa pastilla la que me deja ser yo misma.

sábado, agosto 05, 2006

Parque Botánico

Bueno, ya me he adelantado un poco con algunas imágenes, ¿las recordáis? Pues es hora de pasar a la explicación. ¡Y la ganadora es Cris! Muy acertada en su comentario.

Son detalles de algunas de las estructuras de árboles. De la primera imagen no os puedo mostrar la totalidad, pero es el tronco de un árbol, cuya casualidad ha querido darle forma de cara de ancianita. Está situado dentro de un lugar donde antaño se celebraban las fiestas de la familia, con banquetes y bailes envidiables. Tengo mala memoria, y no puedo deciros el tipo de árbol que es, pero de lo que no me he olvidado es de su fortaleza, ha movilizado el hierro con su crecimiento y a mí me da impresión de estar burlándose por quererla contener con hierro y por el tiempo que ha pasado y lo que ella ha visto.

La segunda imágen, como habréis percibido, recuerda a un número. ¿Qué relación tiene ese número con el parque? Pues también tiene que ver con una casualidad, porque resulta ser el número de hijos que tuvo la esposa del primer dueño del Parque. ¿No os creéis que son las raíces de un árbol? ¿Y si os enseño esto? Espero que os hayan gustado las casualidades, porque ahora viene una leyenda.

El dueño de esta pierna es un ábrol gigante, de la familia de los Ficus. Narra la leyenda que durante una época abandonada del parque, en el que las plantas se cuidaban solas sin ninguna ayuda hasta que volvió la mano del hombre, fue el dueño de esta pierna, junto a una ninfa que alimenta con su cántaro un pequeño estanque de ranas, el que iba todos los días poniendo cuidado de cada una de las plantas, mientras la ninfa los regaba. Y si no os lo creéis, discutidlo con él.

Para pillar a la ninfa en sus deberes, debéis acudir al Jardín Botánico - Histórico La Concepción (Málaga).

jueves, agosto 03, 2006

Apatía

La primera vez que escuché esa palabra fue en mi última consulta con el médico. Le dije que me sentía muy indiferente ante todo, que no es que no tuviera ganas de no hacer nada, sino que simplemente me daba igual. No tenía ganas ni de estar en casa, ni de salir, tampoco de arreglarme ni de estar desarreglada. De hecho, no tenía ganas ni de vivir ni de morir (eso no se lo dije, pero lo pensaba). Entonces puso la palabra mágica ante mí, le miré fíjamente a los ojos y después de pensarlo durante un rato, me sentí muy identificada con esa palabra. También le comenté mi cólera incontrolada, que no era capaz de controlar mis pensamientos. En momentos que yo llamo "crisis" resulta que lo que pienso yo misma sé que está mal, pero no puedo evitar tener ese pensamiento, entonces actuaba de una manera muy impulsiva...

Cuando me pronosticó mi enfermedad y me mandó el tratamiento dijo que no haría efecto hasta pasado un tiempo, normalmente un mes, que esa apatía iba a ir desapareciendo poco a poco, pero que no dejara de tomarme el tratamiento. Le he hecho caso a pesar de mi propia retisencia, ¡y empiezo a sentir los beneficios!

Tengo muchas ganas de vivir, de sentir, de palpar las cosas, de disfrutar de la vida, de levantarme por las mañanas, de saltar, de asomarme por la ventana, de experimentar... Pero ha pasado una cosa que me ha quitado las ganas de barrer, fregar, hacer las camas, lavar los platos, sacudir el polvo, tirar la basura y salir... es decir, tengo apatía. No es la misma apatía que al principio, menos mal, pero esa apatía me contradice a mí misma y me perturba la tranquilidad.

Como toda buena apatía, cada efecto tiene su causa, y ésta está muy clara: pérdida de amistad. No quería hablar sobre ello, no quería que la causante supiera el daño que me ha hecho, pero una buena terapia bloguera siempre fortalece el espíritu, ¿no creéis, blogueros míos?

Así que procedo a explicar que una amistad tiene unas esenciencias incontrolables, como es la confianza. Ella me aseguró en una ocasión que sentía desconfianza ante la confianza, que no era capaz de confiar en nadie ni en ella misma, y yo decidí sumarme a su causa. Decidí seguir nuestra amistad sintiendo desconfianza ante ella, pero no podía sentir desconfianza ante la amistad. Cada vez que me planteaba ciertas cuestiones en las que es fundamental tener confianza sentía cómo nuestra amistad se perdía, así que decidí no desconfiar en ella.

Algo no iba bien... mis crisis se acentuaban de manera incontrolada, dejé de ser yo misma y de ver la vida como debería.

Ella siempre ha estado en los momentos de necesidad, me ha prestado siempre toda la ayuda que ha podido. Pero después de lo que ha pasado ayer me he replanteado el sentido de la palabra momentos. Existen momentos buenos y momentos malos, ¿dónde metemos los momentos de necesidad? Por inercia lo haríamos en momentos malos, directamente, pero después de meditarlo mucho, no son lo mismo. Es fácil ayudar cuando se trata de satisfacer una necesidad, ¿pero qué es un momento malo? Un momento malo es un instante en el tiempo en el que las cosas no van bien, no se pueden solucionar, son cosas que pasan, y conmigo ocurría cada vez que tenía una crisis.

Ayer me dejó muy claro que no soportaba más mi amistad, que cuando hacía las cosas mal no podía excusarme con mi enfermedad, que no le parecía una causa para que yo dijera lo que dijese, que debía afrontar las consecuencias.

Cuando el médico me confirmó lo que yo ya sabía sentía muchísimo terror ante el hecho. No por el daño que me haría a mí misma directamente, sino por el daño que podría hacerle a los demás, por eso me fui, para evitarle a los demás los problemas. Siempre supe que con esa enfermedad se acababan perdiendo las relaciones sociales si no se ponía remedio pronto, que es realmente un círculo vicioso en el que te sientes mal y lo pagas con tus amigos, que tus amigos no lo soportan y te dejan, que te sientes peor y lo pagas con las personas que quieres, que ellas no soportan más y te abandonan, y que luego te sientes peor. Es muy difícil salir de ahí, pero yo lo estoy consiguiendo.

Me siento apática por perder su amistad, pero realmente no me siento mal. Si una amiga no sabe soportar los momentos malos no merece la pena luchar por esa amistad. Han sido muchos años saliendo todos los fines de semana, con momentos muy agradables, buenos y hasta magníficos, creo que por ello tengo esa pequeña apatía por ahí. Espero sinceramente que ella encuentre una amistad con la que no tener momentos malos.

Desde luego que escribir es una de las mejores terapias del mundo, y tener blog te hace reflexionar realmente sobre cada palabra que escribes y su significado.

miércoles, agosto 02, 2006

Enamorada

Me gusta estar enamorada,
me gusta sentir los pajaritos en el estómago volando,
me gustan sus besos.

Me gusta el amor,
me gusta saberme enamorada (que no es lo mismo que estarlo),
me gusta su sonrisa.

Me gusta que me diga lo que me quiere,
me gusta que sepa todo lo que le quiero,
me gusta decírselo.
Me gusta que el mundo entero lo sepa.

Lo que no me gusta es la distancia que nos separa.

PD: me parece uno de estos típicos posts poemas de repetición bastante sencillos, la verdad. Pero estoy pasando por unos momentos muy... raros, aunque no hablaré sobre ellos (no tienen nada que ver con el abandono o con él). Aún así tengo muchas ganas de sentirme enamorada, y como me gusta decírselo al mundo entero, pues me aprovecho. No es momento para sentirse triste.

martes, agosto 01, 2006

Apariencias que engañan

La energía me abandona, cae chorreando por todo mi cuerpo y no me permite disfrutar del tiempo...


Me váis a tener que perdonar, pero los 40º C que marca el termómetro me superan con creces... Quería escribiros sobre la promesa cumplida, una experiencia realmente inolvidable rodeada de casualidades y leyendas.



No puedo ofreceros más que un adelanto de lo que escribiré cuando las fuerzas me acompañen. Mientras os pido que adivinéis qué son las imágenes que presento en este post.



Me gustaría escribiros también sobre el abandono en el que me han dejado, pero en realidad me alegro muchísimo por ellas.