domingo, julio 30, 2006

Momentos manchados

No mucha gente sabe que ahora mismo vivo en casa de Wendeling. Y claro, no dejo de disfrutar ni un día de Estel o de Ithilien. Así se dan casos como el de hoy.

12:00 Anazia aparca a Scotty y deja una parte bastante estrecha a su lado, pero las demás no tienen problemas en salir. Como puede, sale del coche, rozándose un poco el pantalón con el que tiene al lado.

Wendeling avisa a Anazia de su mancha en el trasero del pantalón negro y tras darse unos golpecitos le pregunta a Ithilien si sigue la mancha ahí.

Ithilien responde que no, pero que el pantalón tiene algo de blanco.

¿Qué diferencia hay entre un pantalón manchado y un pantalón negro con algo de blanco? Yo no lo sé, habrá que preguntárselo a Ithilien...

En muy breve me van a abandonar, y se van a ir con Monty. Espero que lo disfruten al máximo, aunque me olviden, al menos las pequeñas, porque tras preguntárselo me han asegurado que me van a olvidar. Mientras tanto, yo estaré cuidando de Osito y de Feria.

sábado, julio 29, 2006

La Cocinera

Madre de Anazia (MA): - ¡¡Anazia, ven y aprende a cocinar!!
Anazia [12 años] (A): - ¿Tiene que ser ahora que estoy con los deberes?
MA: - Sí, que si no, no aprendes nunca.
A: - Bueeeno, vale.
MA: Hoy vamos a hacer arroz con pollo, que es muy facilito. Anda, ve pelando ajos.
A: - ¿Dónde están los ajos?
MA: - ¿Dónde van a estar? Parece mentira que vivas en esta casa.
A: - Pues no lo sé, si no me lo dices, no pelaré los ajos...
MA: - Están ahí, en la despensa.
Anazia se queda igual... Busca un poco y los encuentra.
A: - ¿Cuántas pelo?
MA: - Pues depende de lo grande que vayas a hacer el arroz, pero por ahora pon 4 dientes.
A: - ¿Con qué cuchillo pelo los ajos?
MA: - Con el primero que pilles.
Anazia pilla el primer cuchillo que ve.
MA: - No, con ése no.
A: - ¿Entonces con cuál?
MA: - Con uno que esté afilado.
A: - ¿Cómo los pelo?
MA: - Quitas la parte de arriba y luego tiras de la piel.
A: - ¿Así?
MA: - Ahora no puedo mirar, y me estás poniendo nerviosa...
Anazia pela ajos como puede. Llega la hora de echar sal.
MA: - Tienes que echar un puñado de sal.
Anazia pilla un puñado.
MA: - ¡Pero no tan grande!
Anazia se deshace del puñado.
La madre de Anazia pilla el puñado y lo echa.
Anazia pilla el mismo puñado y se lo enseña a su madre. La madre está cortando el pollo y no puede antenderla. Anazia aprovecha y le hace unas preguntas de cosas de pollo.
MA (se pone roja como un tomate): - ¿No tenías deberes que hacer? Anda, sal de la cocina que no haces más que ponerme nerviosa.

Ésa fue la experiencia cocinera que yo he tenido en casa. A parte de muchísimas quemaduras de leche y diversos encontronazos con las salchichas. Lo único en lo que me podía defender era en hacer palomitas (no, no las del microondas). De esta manera, después de esa experiencia, cada dos por tres surgía esta conversación:

MA: - ¿Qué le vas a cocinar a tu marido cuando seas mayor?
A: - Palomitas.
MA: - ¿Todos los días vas a hacer palomitas?
A: - Las puedo acompañar con otras cosas, y hago salchichas con palomitas, huevo revuelto con palomitas y esas cosas.
MA: - ¿Por qué no te animas mañana a cocinar conmigo?
A: - ¿Para que me acabes echando de la cocina como haces siempre?

Así terminaban siempre... De esta manera nunca me he preocupado mucho de la cocina, las pocas veces que he intentado hacer algo más complicado que unas palomitas, tenía demasiada comida para tirar. Por lo que me propuse que lo que yo me guisara, yo me lo comía... hasta hoy.

Las urgencias son malas compañeras y me he visto ante una responsabilidad que me ha superado. Estel e Ithilien tuvieron que soportar mi abominable comida, que convertía la cocina en todo, menos en un arte. Estoy segura de que era comestible (todavían no han mostrado signo de entoxicación), pero de lo que ya no estoy tan segura es de que ellas quisieran repetir la experiencia.

miércoles, julio 26, 2006

Una visita por la ciudad


Al final mis predicciones han sido acertadas, ahora escribo más a menudo que nunca. No es que tenga ahora muchas cosas que contar, simplemente me apetece hacerlo más a menudo, porque tengo muchas ganas de contar mi vida, ya que me lo estoy pasando de miedo.

Ayer fue la primera vez que me dí un paseo por el centro de la ciudad, prácticamente a solas, aunque Estel e Ithilien me acompañaron... Yo les daba la ilusión y ellas me regalaban energía, fue nuestro intercambio mutuo y mudo. Yo les hacía ver lo que no veían, mientras ellas me impulsaban a seguir adelante. Espero repetirlo algún día (aunque se lo he prometido, y para mí, lo prometido es deuda).

martes, julio 25, 2006

Una L menos

Un año atrás...

11:00 am. Anazia espera en su sitio a que su profesor termine de tomarse el café con el instructor. Los nervios no hacen más que traicionarla y siente la emoción de un exámen.

Llega el profesor con el instructor entre risas y nos montan en el vehículo. Su compañera empieza la ronda y sigue las instrucciones con precisión. Cuando le pide que pare... los nervios abandonan a Anazia. Se sienta en el asiento del conductor y empieza desde una cuesta arriba... Cuando pasa su semáforo tiene que ir por el carril de sentido contrario, los coches no le dejan pasar en una rotonda, y ella se cree suspendida.

¡Pero se equivoca! De esta manera, en un día como hoy, Anazia se quita la L y lo exhibe por la ciudad con Ithilien y Estel.

lunes, julio 24, 2006

Adolescencia

Todos los que han vivido por esa etapa sabe que es una de las estapas más decisivas de cada vida. Para unos ha sido más fácil y para otros más difícil, pero finalmente sigue siendo una etapa decisiva.

He supuesto que la adolescencia, como el resto de nuestra vida, también tiene sus propias etapas, y que es diferente para cada persona que pasa por ellas. Al principio somos más niños que mayores, luego somos una mezcla indifinible y finalmente somos unos mayores con algo de niños. En cada momento tenemos una dependencia diferente hacia nuestros padres, porque son principalmente ellos los que sufren nuestra adolescencia. Ellos son realmente la clave de todo el proceso, porque todavía influencian en nuestra vida aunque empezemos a decidir por nosotros mismos lo que queremos y buscamos de nosotros mismos.

Unos buscan el apoyo en ellos, otros lo rehuyen a cal y canto, pero todos los padres sufren la adolescencia de sus hijos. Ahora bien, cada padre es como es, sin duda alguna, y unos lo sufren más y otros menos porque le dan más importancia o menos... Hay padres que rehuyen de la adolescencia de sus hijos y otros que lo enfrentan con endereza y comprensión.

Siguiendo con el ejemplo del castilo... Cuando somos niños nuestra cuevecita está a la sombra de la de nuestros padres, recibe gran parte de sus beneficios, pero en cuanto nos hacemos mayores, esa cuevecita se hace más grande y va buscando el sol y rehuyendo de las sombras. Y todo eso tiene que estar bien equilibrado, los padres deben darle sombra cuando necesita sombra y deben dejarle ver la luz del sol cuando necesite luz del sol, ¿pero eso quién lo decide?

sábado, julio 22, 2006

Most Wanted

¿Alguien ha visto a Sandman? No sé, pero llevo un rato bastante largo esperando a que venga a echarme su arenita del sueño, pero no sólo no la trae, sino que también se ha llevado todas las ganas de hacer quehaceres hoy... No sé si será por pereza o porque se ha olvidado de mí (espero que sea lo primero y le afecte el calor igual que a mí), pero me siento un poquito abandonada por él...

Encima no he tenido ganas de hacer prácticamente nada. Bueno, ganas de vivir tengo últimamente de sobra, pero me refiero a cosas como fregar platos, barrer, sacudir el polvo, etc. No es que sean tareas que me chiflen o que sea una maniática de la limpieza (Dios me libre de esos seres), pero nunca me he negado a colaborar para matar el tiempo en casa.

Si soy sincera... ese nunca iba a dirigido al nunca de ahora, en mi nueva vida. Porque lo que es en la anterior... nunca hacía ni el huevo. ¿Será por la educación, por la falta de respeto o por rebeldía? Pero lo siento en el alma, cuanto más insistía la madre de Anazia en que hiciera quehaceres en casa, menos ganas tenía Anazia de hacerlos.

Así que aquí me véis... sentada mirando las nubes sin mover un ápice el dedo para no acabar chorreando (¿será por eso? Es que no lo sé, simplemente me acerco a los platos y parecemos dos polos positivos), esperando que llegue Sandman a echar su arenita (¿eso no lo he dicho ya antes? Me resulto repetitiva).

Supongo que mientras espero a que llegue me voy a plantar el ventilador abandonado delante de los morros cuando esté tirada en la cama y a mirar cómo gira y gira y gira... Aunque creo que con la luz apagada no voyo a poder ver mucho, pero como lo he visto ya tantas veces, me lo imaginaré.

jueves, julio 20, 2006

Abrazitos

- ¡Qué saboría eres! - Grita la madre de Anazia todas las noches cuando quiere darle un beso de buenas noches...

Lo siento en el alma, pero no soy una persona cariñosa, ¿o sí?

Últimamente, desde que estoy aquí, tengo un pequeño sentimiento de dar abrazos, de querer coger a todo el mundo y achucharlo como si no pudiera hacerlo nunca más de nuevo. ¡Y me sorprendió tan gratamente que después de una "pequeña" siesta me despertaran con un abrazo!

Son todos esos pequeños detalles los que te dan muchísimas ganas de vivir, de seguir adelante.

Wen, jamás podré darte todas las gracias que te mereces. Siempe he dicho que eres una persona especial, y ahora que te conozco en persona, no lo digo, sino que lo grito a los cuatro vientos...

miércoles, julio 19, 2006

Tiempo que aprovechar

Me urge que me den ánimos para moverme, ¿por qué? Porque estoy demasiado a gustito, y no es que no lo soporte, sino que es insostenible. Me siento enteramente cómoda cada mañana que me levanto y no puede ser así, me niego. Se han solucionado gran parte de mis problemas y vivo cada instante con pasión arrebatadora, pero sentada y disfrutando de cada instante que paso en casa...

Hoy me he levantado temprano para mover lo que tan gustosamente está sentado, pero ya me véis... aquí, escribiendo me encuentro muy bien.

Y cuando se lo digo a una amiga me reprocha mi inmadurez... por no ser capaz de hacer las cosas sin que me dén ánimos, por no saber valerme por mí misma.

Eso me ha hecho cuestionarme la palabra: Madurez. Cuando era adolescente me preocupaba, pero ahora ha remitido su importancia, ¿de qué sirve madurar si no disfrutas la vida? Cada uno madura a su manera y creo que muy poca gente llega a la verdadera madurez. Creo que es una de esas cosas en la vida que se encuentran sin buscar...

PD: Lo que descubrí ayer: las frutas eróticas son muy exóticas.

martes, julio 18, 2006

Animales Virtuales

Hace ya bastante tiempo que conozco el fenómeno, pero nunca me había metido de lleno en él. ¿Será por mi disgusto a la moda?

Pero aquí se celebra como todo un acontecimiento. Hay muchas quejas sobre animalitos que se han creado sin consentimiento, que se han creado como no debían, que tienen nombres que no gustan, en fin. Cada uno tene su animalito preferido.

Pero yo realmente lo he hecho primero por curiosidad. Quería conocer la popularidad de mi nombre internáutico, lo siento, soy increíblemente curiosa. ¿Será por lo que ya dije de experimentar? En fin, luego estoy continuando... ¡porque los rompecabezas son muy divertidos!

Realmente hay niveles en los que te acabas rompiendo la cabeza...

En fin, ya os contaré algún día cómo van las cosas con Lewsina (mi neopet).

lunes, julio 17, 2006

Montañas

Estoy acostumbrada a vivir sobre una montaña que está dentro de la ciudad, así es Huelva. Si subes por el Conquero ves las Marismas del Odiel, el camino a la playa, etc. Vamos, todo un valle para tí solito. La ciudad tiene cuestas arriba y cuestas abajo y cuando aprendes a conducir, aprendes a subir cuestas con el coche sin irte para atrás (algo que hago bastante bien por mi práctica).

Pero ahora cuando me asomo por la ventana es al revés, me siento como en un pequeño valle rodeada por montañas. Unas grandiosas montañas que se cierran alrededor de mí con la intención de protegerme. No sé porqué, pero me resulta muy fácil imaginar en lo alto de una de las montañas más altas alzarse un castillo imponente que desafía a cualquiera que se acercara al valle para hacerlo suyo... y más fácil me resulta ver la lucha que se desencadenaría y a las tropas perdiendo. ¿Será por las Crónicas de Mallorea?

Pero lo que más me ha impactado fue mi encuentro con el mar... No por el mar en sí, estoy muy acostumbrada a él, sino por todo lo que le rodea. No había conchas que pincharan mis pies, pero me encontré con innumerables chinos (piedrecitas pequeñas), aunque me habían advertido ya de su existencia en otras playas que no fueran las mías, no sabía que fuera tan literal. Me costaba imaginarme una playa con chinitos. Pero con el paso del tiempo, lo que más me impactó, fue la montaña que rodea la playa.

Para mí, que viví en Huelva, la sierra y la costa siempre han sido un poco antagonistas. O vas a la playa o vas a la montaña, pero nunca me pareció tan común como aquí la playa rodeada de montaña. Me parecieron gigantes impactantes que protegían de cualquier cosa todo lo que hubiera detrás de ellas, invitando a investigar, pero no a conquistar.

¿Conclusión que saco de todo esto?

a) Que debería viajar más para culturizarme mejor
b) Que soy una cateta de pueblo muy fácil de impresionar
c) Que estudiar turismo no significa que conozcas los lugares aunque te conozcas sus recursos

sábado, julio 15, 2006

Redescubrimientos

Bueno, creo que ya he superado la fase del inconsciente y me encuentro en una etapa de resplandor cegador (como ya predijeron algunos). Así que voy a contar ahora algunas anécdotas de cosas que se redescubren cuando Ithilien o Estel están cerca.

Una de las primeras cosas que redescubrí fue el género de los nenucos. "¡Pero si eso es muy fácil!" dirán muchos por ahí, "Sólo tienes que levantar la falda o bajar los pantalones". Pues no, señores míos, hay que hacerlo sin quitar nada de ropa. En un momento en el que no me lo esperaba Muñeco se convirtió en Muñeca... ¡porque tenía pestañas!

Cuando Ithilien me explicó con una lógica tan aplastante que casi se me salían los ojos el mismo día que llegué que tuvo que cambiar el nombre a su nenuco porque se dió cuenta que tenía pestañas y que por lo tanto era una chica, supe que encajaríamos muy bien.

Al día siguiente me redescubrí a mí con ilusión en los ojos, algo inconsciente todavía (fue el día en el que escribí ese post), pero mucho más ilusionada que cuando dejé mi casa.

Y con el paso de las horas y de los días me es inevitable redescubrirme sintiéndome en mi propia casa. Todavía tengo un camino muuuy largo que recorrer, pero pasito a pasito veo frutos en el camino.

Una de las excusas que doy para venirme es que no encuentro trabajo en Huelva. Cosa muy cierta y desalentadora, y me sorprendió muchísimo darme una vuelta por la Red Araña de aquí y conseguir enseguida una entrevista de trabajo y una orientación magnífica donde sólo les faltaba asegurarme que el trabajo no me faltaría... Espero conseguir todo lo que me propongo, falta me hace.

viernes, julio 14, 2006

Sandman

Creía que había hablado ya sobre él... Pero me he dado cuenta que no es así. Pero creo que es un buen momento para hacerlo...

Hace mucho, mucho tiempo, una pequeña Anazia que vivía en unos reinos muy fríos en el Norte veía la televisión con ansias los días grises. Allá la Noche se venía pronto de visita y con ella un personaje que salía todos los días a darle la bienvenida a la noche y a despedirse de los niños. SANDMAN.


Ése personajillo que véis en la foto es el hombre de mis sueños, casi literalmente.

La historia de Sandman comenzó en unos comics, con un dibujo muy oscuro y algo espeluznante.

Ahora bien, voy a hablar de mi Sandman. Según he entendido a través de la televisión, Sandman duerme de día en la Luna, es casi como su compañera sentimental sin llegar más lejos que a la mutua compañía durante el día. Y cuando llega la noche Sandman se dedica a guardar los sueños de todos los niños del planeta, echándoles arena del sueño que lleva siempre consigo en el saco. Con un poquito de arena se duerme hasta el que tiene el insomnio más duro del mundo.

Todas las Anazias que podáis conocer esperan por la noche su llegada para aspirar su arena durmiente. Él guarda sus sueños con intensidad e ilusión.

miércoles, julio 12, 2006

Como en un Sueño

Cuando el insomnio se asoma por la ventana y no deja pasar al señor Sandman intento recordar por mí misma cómo es soñar y dormir. Soñar lo hago despierta muy a menudo, así que no me cuesta nada de trabajo, en cambio dormir es más difícil, porque enseguida me duermo. Es mi truco para cuando Sandman se retrasa, creo que no le hace mucha gracia, pero no puedo evitarlo.

El ratito pequeñito en el que recuerdo cómo es dormir tengo una serie de sensaciones en el que el subconsciente se asoma durante un momentito chiquitito a mi cabeza. En esos momentos me doy cuenta de la existencia del inconsciente que tiene muchas cosas que pensar, pero pocas que decir... y revuelve mi alma con tal ímpetu que me la deja un poquito inquieta. Por eso sé que a Sandman no le gusta la idea de dormirme sin darle las Buenas Noches.

Durante las 24 horas en las que he sentido una vida fuera de mi casa, me he sentido igual. Con un inconsciente muy revuelto que tiene muchas cosas en la oscuridad y que no quiere salir a la luz. Pero todo hay que decirlo, y todo lo que esconde en la oscuridad son sentimientos buenos, ¿por qué no quieren salir a la luz?

Sólo la compañía de dos personajillos nuevos en mi vida han sacado de mis adentros cosas que se escondían en la oscuridad. ¿Acabará saliendo todo a la luz?

lunes, julio 10, 2006

Amables Despedidas

Leyendo vuestros comentarios creo que habéis malinterpretado lo que quería decir. Me voy de Huelva, una de mis tierras amadas, y no voy para evitar problemas, me voy para afrontarlos y echarle cara... Tengo problemas dentro de mí y necesito perderme durante un tiempo para darme cuenta de sus soluciones, para evitarle el problema a mis seres queridos y no cometer tragedias más adelante.

Lo escribí en el blog adelantándome al hecho real (me voy el martes, es decir, mañana) para afrontarlo conmigo misma, para convencerme de que es lo correcto y porqué lo hago, para despejarme las pocas dudas que tenía. Y el proyecto sigue en pie...

Desde ese momento todo iba a pedir de boca. Fui a un concierto de The Chieftains (uno de mis grupos de música favorita) y no sólo estuve en primera fila durante todo el concierto, ¡sino que tengo fotos con ellos! No me lo podía ni creer, estaba alucinándolo.

Luego estuvo nuestro aniversario. El mejor hasta ahora.

Y bueno, ya me empiezan a presionar para que no me vaya, a comerme la oreja para convencerme de que no busque aventuras, que lo que dejo atrás no es valioso para mí y a decirme cosas para que me quede. Pero no lo permitiré.

viernes, julio 07, 2006

Una que se va...

Y ojalá fuera de vacaciones, pero no es así. Simplemente voy a abrir fronteras y poner tierra de por medio a muchos problemas que surgen cada día.

Me voy para no volver, al menos, para no volver con mi castillo tan triste... para tener uno más sólido y que me dure para siempre.

Eso no quiere decir que deje de escribir, igual lo hago con más frecuencia y todo. Simplemente me voy a construir mi castillo de nuevo a otro lado.

¡Hasta pronto desde mi otro reino!

lunes, julio 03, 2006

Escrituras

Escribir es bueno y se que tú tienes muchas cosas que decir y además sabes hacerlo.
Amiga, no estoy yo tan segura de saber decir las cosas que tengo que decir. La experiencia me dice que hay muchas palabras sinónimas en nuestro vocabulario y realmente la experiencia de cada uno es realmente el que le da significados a esas palabras. Porque una palabra sinónima no tiene que significar lo mismo. No es lo mismo la amistad que el compañerismo, pero implica un grupo de personas...

Lo que tengo que decir... pues sí, pueden ser muchas cosas, pero nada relevante. Me gustaría gritarle al mundo que el precio de los pisos está demasiado alto para yo poder irme de casa y que espero no encontrarme aquí cuando la burbuja explote, pero sólo le importa a la gente que me conoce y que quieren conocerme o se preocupan por mí, no creo que a un político le interese mientras que la burbuja que se infla le infle también su cartera.

Escribir es bueno... sí, lo descubrí hace mucho tiempo cuando llenaba páginas y páginas de un diario vacío con la lucha que tenía contra mí misma. Simplemente reflejaba mis momentos en trozos de papel que luego me aclaraba sobre la postura de la vida y me ayudaron a crear mi filosofía.

Ahora bien, lo que digo hoy lo habrá leído muchísima gente ya y estará cansada de que yo lo repita tanto, pero quiero dejarlo bien clarito, porque explica cómo me siento. La felicidad es distinta para cada persona, lo que a tí te hace feliz, no tiene sentido para mí, y viceversa. Pero lo que está muy claro es que la felicidad es la ausencia de necesidades. Y con necesidades no me refiero a deseos, que aunque son sinónimos, son diferentes. Necesitas comer, respirar, beber, caminar, mirar, escuchar, etc., pero no necesitas tener una piscina en el jardín, tres coches, una casa en la playa, etc. Por eso diferencio entre lo que necesito y lo que quiero, para darle a la vida prioridades y ocuparme de ellas.

Pero desde hace un tiempo se me ha levantado una barrera insondable, tengo todas mis necesidades cubiertas, pero no me siento feliz. Empiezo a pensar, ¿qué me falta, qué necesito? Y llegué a un punto contradictorio, quiero morir viviendo. Necesito dejar de vivir para apreciar la vida que se me brinda... pero no puedo satisfacer esa necesidad.

¿Alguien entiende mi enfermedad?

domingo, julio 02, 2006

Enfermedades Mentales

¿Cuándo la tristeza que sientes pasa a ser depresión clínica? ¿Qué es una enfermedad mental y cómo se averigua que lo es? ¿Se consideran enfermedad? Son preguntas que últimamente me hago muy a menudo... y prefiero no indagar en ellas.

No quiero saber por qué me ocurre lo que me ocurre, no quiero saber. ¿Por qué? Porque ya me lo he preguntado tantas veces que acaba siendo un círculo vicioso, vuelves al principio y empeoran las cosas cada vez un poquito más, y estoy cansada. Estoy cansada de sentirme inútil por no saber arreglar mis conflictos internos. Y no bastan las palabras simples, no basta la sabiduría popular.

Pero no te das cuenta de ello hasta que la gente que tanto quieres y con la que pasas tanto tiempo te dice que no estás bien, que le haces mucho daño y no saben porqué. No sabes nada hasta que te dicen de manera tan brusca que de otra manera no escucharías que no soportan más la situación...

Entonces pones cartas al asunto...