¿Me supera?
¡¡No puedo!! ¡¡No puedo!! ¡¡No puedo!!
Odio las enfermedades psicológicas, las odio en lo más profundo de mi corazón, pero lo que más odio es sufirla, ¡¡y tomarla como excusa!! Pero no ante los demás, soy consecuente con lo que hago, si Onizeth no soporta más la situación no voy a obligarle a que me siga.
¿¡¡¡¡Pero porqué lo utilizo ante mí misma!!!! ? ¿Por qué creo que me estoy curando? ¿Por qué c*** soy tan enreversada? Estoy harta, de verdad, estoy harta de mí misma. Odio tener que hacerme la pregunta de si lo que digo es cosa mía o cosa de la enfermedad, y ahí es cuando empiezo a excusarme a mí misma, a creerme más fuerte que ella, a creer que lo que digo es de verdad cosa mía, a que la enfermedad saca las cosas malas de mí... Estoy muy liada.
No me gusta desnudarme en mi blog, no me gusta mostrar lo que pienso.
¡¡¡¡¡¡¡¡Odio no ser dueña de mí misma!!!!!!!! Esto no se puede acallar, no se puede decir que ya pasará y dejarlo pasar, ¡¡no es así!! Estoy destrozando muchas vidas, pero antes que la de nadie la mía propia. Es tan fácil confiarte en que te estás curando... es tan fácil pensar que vuelves a tener el control sobre tí, ¡¡¡pero todo es mentira!!!
Lo único que puedo hacer es gritarlo a los cuatro vientos, pero no quiero que nadie se crea que es una excusa, ¡sólo es una verdad! ¡¡¡¡Me estoy destrozando a mí misma!!!!
Tan pronto crees que estás curada como que la medicina no sirve de nada... Parece que la enfermedad piensa por sí sola y lo único que intenta es convencerte que ya no te hace falta la medicina, y te lleva de un extremo a otro. Si no es porque ya estás curada, es porque no sirve de nada... ¡¡Parece un ser vivo!!
Detesto escribir así en el blog, pero tengo que expresarlo. Sé que me queréis ayudar, y que quizás estas líneas os duelan, pero esto es algo con lo que tengo que luchar yo sola, donde necesito ser mi propio pilar, donde necesito confiar en mí misma. Sólo necesito algún abrazo y más que un beso de vez en cuando, alguien que me demuestre que merece la pena luchar contra todo esto.
Porque esto, aunque parezca mentira, es una constante lucha. No sé si es una lucha desigual, pero me siento con tantas fuerzas ganadas como perdidas... Quiero luchar, pero no estoy segura de que pueda ganar. Y por favor, no me digáis que ganaré, porque eso no es lo que necesito escuchar, ni tampoco que vosotros vais a estar ahí, porque eso ya lo sé.
¡¡¡¡Uaaaaghhhh!!!! ¡¡¡¡¡¡¡¡¡Otra vez!!!!!!!!!!! ¡¡Y mientras escribo!!
Hoy le he hecho muchísimo daño a Onizeth, ¿será capaz de perdonármelo? Le quiero muchísimo, quiero lo mejor para él, y creo que yo no lo soy. Se merece algo mucho mejor que yo, con eso quiero decir que no se merece para nada todo lo que está sufriendo por mi culpa, estoy cansada de hacerle daño.
Creo que está demostrado, conmigo no se puede hablar racionalmente. Conmigo sólo sirven los actos: un abrazo, un beso, darme alojamiento, darme de comer, pero no sirve de nada hablar o hacerme entrar en razón. Eso es terreno de eso y ahí lleva casi todas las de ganar.
Lo digo porque lo he notado cuando Onizeth ha venido. Mientras he tenido sus brazos a mi alrededor, su ternura acariciéndome y sus labios besándome, ¡¡¡¡todo iba perfecto!!!! Me abandonó ayer, volvió hacia allí, hablamos un rato por el teléfono, ¡¡¡¡¡¡¡y todo se va al traste!!!!!!! No sé qué hacer, no sé qué pensar...
Odio las enfermedades psicológicas, las odio en lo más profundo de mi corazón, pero lo que más odio es sufirla, ¡¡y tomarla como excusa!! Pero no ante los demás, soy consecuente con lo que hago, si Onizeth no soporta más la situación no voy a obligarle a que me siga.
¿¡¡¡¡Pero porqué lo utilizo ante mí misma!!!! ? ¿Por qué creo que me estoy curando? ¿Por qué c*** soy tan enreversada? Estoy harta, de verdad, estoy harta de mí misma. Odio tener que hacerme la pregunta de si lo que digo es cosa mía o cosa de la enfermedad, y ahí es cuando empiezo a excusarme a mí misma, a creerme más fuerte que ella, a creer que lo que digo es de verdad cosa mía, a que la enfermedad saca las cosas malas de mí... Estoy muy liada.
No me gusta desnudarme en mi blog, no me gusta mostrar lo que pienso.
¡¡¡¡¡¡¡¡Odio no ser dueña de mí misma!!!!!!!! Esto no se puede acallar, no se puede decir que ya pasará y dejarlo pasar, ¡¡no es así!! Estoy destrozando muchas vidas, pero antes que la de nadie la mía propia. Es tan fácil confiarte en que te estás curando... es tan fácil pensar que vuelves a tener el control sobre tí, ¡¡¡pero todo es mentira!!!
Lo único que puedo hacer es gritarlo a los cuatro vientos, pero no quiero que nadie se crea que es una excusa, ¡sólo es una verdad! ¡¡¡¡Me estoy destrozando a mí misma!!!!
Tan pronto crees que estás curada como que la medicina no sirve de nada... Parece que la enfermedad piensa por sí sola y lo único que intenta es convencerte que ya no te hace falta la medicina, y te lleva de un extremo a otro. Si no es porque ya estás curada, es porque no sirve de nada... ¡¡Parece un ser vivo!!
Detesto escribir así en el blog, pero tengo que expresarlo. Sé que me queréis ayudar, y que quizás estas líneas os duelan, pero esto es algo con lo que tengo que luchar yo sola, donde necesito ser mi propio pilar, donde necesito confiar en mí misma. Sólo necesito algún abrazo y más que un beso de vez en cuando, alguien que me demuestre que merece la pena luchar contra todo esto.
Porque esto, aunque parezca mentira, es una constante lucha. No sé si es una lucha desigual, pero me siento con tantas fuerzas ganadas como perdidas... Quiero luchar, pero no estoy segura de que pueda ganar. Y por favor, no me digáis que ganaré, porque eso no es lo que necesito escuchar, ni tampoco que vosotros vais a estar ahí, porque eso ya lo sé.
¡¡¡¡Uaaaaghhhh!!!! ¡¡¡¡¡¡¡¡¡Otra vez!!!!!!!!!!! ¡¡Y mientras escribo!!
Hoy le he hecho muchísimo daño a Onizeth, ¿será capaz de perdonármelo? Le quiero muchísimo, quiero lo mejor para él, y creo que yo no lo soy. Se merece algo mucho mejor que yo, con eso quiero decir que no se merece para nada todo lo que está sufriendo por mi culpa, estoy cansada de hacerle daño.
Creo que está demostrado, conmigo no se puede hablar racionalmente. Conmigo sólo sirven los actos: un abrazo, un beso, darme alojamiento, darme de comer, pero no sirve de nada hablar o hacerme entrar en razón. Eso es terreno de eso y ahí lleva casi todas las de ganar.
Lo digo porque lo he notado cuando Onizeth ha venido. Mientras he tenido sus brazos a mi alrededor, su ternura acariciéndome y sus labios besándome, ¡¡¡¡todo iba perfecto!!!! Me abandonó ayer, volvió hacia allí, hablamos un rato por el teléfono, ¡¡¡¡¡¡¡y todo se va al traste!!!!!!! No sé qué hacer, no sé qué pensar...
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