lunes, julio 03, 2006

Escrituras

Escribir es bueno y se que tú tienes muchas cosas que decir y además sabes hacerlo.
Amiga, no estoy yo tan segura de saber decir las cosas que tengo que decir. La experiencia me dice que hay muchas palabras sinónimas en nuestro vocabulario y realmente la experiencia de cada uno es realmente el que le da significados a esas palabras. Porque una palabra sinónima no tiene que significar lo mismo. No es lo mismo la amistad que el compañerismo, pero implica un grupo de personas...

Lo que tengo que decir... pues sí, pueden ser muchas cosas, pero nada relevante. Me gustaría gritarle al mundo que el precio de los pisos está demasiado alto para yo poder irme de casa y que espero no encontrarme aquí cuando la burbuja explote, pero sólo le importa a la gente que me conoce y que quieren conocerme o se preocupan por mí, no creo que a un político le interese mientras que la burbuja que se infla le infle también su cartera.

Escribir es bueno... sí, lo descubrí hace mucho tiempo cuando llenaba páginas y páginas de un diario vacío con la lucha que tenía contra mí misma. Simplemente reflejaba mis momentos en trozos de papel que luego me aclaraba sobre la postura de la vida y me ayudaron a crear mi filosofía.

Ahora bien, lo que digo hoy lo habrá leído muchísima gente ya y estará cansada de que yo lo repita tanto, pero quiero dejarlo bien clarito, porque explica cómo me siento. La felicidad es distinta para cada persona, lo que a tí te hace feliz, no tiene sentido para mí, y viceversa. Pero lo que está muy claro es que la felicidad es la ausencia de necesidades. Y con necesidades no me refiero a deseos, que aunque son sinónimos, son diferentes. Necesitas comer, respirar, beber, caminar, mirar, escuchar, etc., pero no necesitas tener una piscina en el jardín, tres coches, una casa en la playa, etc. Por eso diferencio entre lo que necesito y lo que quiero, para darle a la vida prioridades y ocuparme de ellas.

Pero desde hace un tiempo se me ha levantado una barrera insondable, tengo todas mis necesidades cubiertas, pero no me siento feliz. Empiezo a pensar, ¿qué me falta, qué necesito? Y llegué a un punto contradictorio, quiero morir viviendo. Necesito dejar de vivir para apreciar la vida que se me brinda... pero no puedo satisfacer esa necesidad.

¿Alguien entiende mi enfermedad?