viernes, febrero 24, 2006

Fantasmas del Pasado

Quiere la vida que haya una etapa donde te encuentras con fantasmas, donde las amigas no son lo que son. Y para asegurarse que has aprendido la lección, te hace pasar varias veces por el aro, para que no sólo aprendas que las amigas no se buscan, sino que se encuentran, y que además, las personas cambian si quieren.

1996 - Anazia hace uno de los viajes de su vida, 3000 km. de ida, como cada año, pero esta vez sin vuelta. Esta vez es para siempre, dejará de vivir sus inviernos, dejará de ir a su colegio.

Y también dejará de ver a sus amigos de toda la vida, a sus mejores amigos...

Todo para encontrarse en un mundo desconocido, en un mundo diferente, en uno mundo donde no encaja, donde no coincide en los pensamientos, donde ella es diferente y todo el mundo lo sabe, donde te señalan con el dedo, donde todos te quieren por lo que eres (no por el cómo eres), un mundo al que no perteneces y se ha convertido en tuyo.

Pero el sentido de la supervivencia es muy fuerte y necesitas encajar para vivir, te buscas tu hueco hasta que lo encuentras, buscas quien te quiere... y encuentras lo que no has buscado.

Así encontró Anazia a gente buena y a gente mala (éstos últimos abundan más). Gente que se valoran a sí mismos por encima de quienes no pertenecen a su mundo, que se quieren entre ellos y se gustan, pero Anazia ha llegado tarde para encajar ahí alguna vez en su vida. Miran a Anazia desde lo alto, se hacen grandes con sus pasos firmes comparados con los torpes de Anazia, que no conoce el suelo que pisa.

Anazia se siente pequeña, no se siente cómoda entre esa gente, pero son los únicos que aceptan su compañía, aunque no la acepten a ella. Es un grupo de mucha gente y se acaba dando cuenta que sí hay gente que la acepta e incluso la quiere, así que se junta con ellas. Pero quiera Anazia o no, parte de la gente que la acepta forma parte del grupo, está integrado, así que Anazia agacha la cabeza y se "integra".

2001 - Hasta ese año Anazia ha vivido entre esa gente que no la aceptan. Y durante los años hasta llegar a éste, la gente que realmente la quiere se han tenido que apartar de su camino, han buscado sus propias fronteras y no coincidían con las de Anazia, aunque siguen cruzándose sus caminos, no van en paralelo. Así fue como Anazia se quedó sola con el grupo durante un año más.

Un año más estuvo con esa gente sin las amigas que encontró, un año más soportó sus desprecios hipócritas sin apoyo alguno, hasta que un día apareció Onizeth y ella se separó de sus fantasmas, fue a vivir su propia vida y salió de sus cuatro paredes.

Ahora una de las buenas amigas de entonces la reclama, quiere volver a juntarlas todas para celebrar su día de nacimiento... y Anazia mirará desde lo alto e irá, no volverá a agachar la cabeza por nada.

Dicen que la gente cambia y espero que no sólo Anazia lo haya hecho.