sábado, octubre 07, 2006

Arranque de Sinceridad

Lo que voy a escribir a continuación puede que no tenga sentido, igual no lo entiende nadie, pero lo escribo desde muy dentro.

Pánico, eso es lo que realmente siento cuando me levanto por las mañanas. Pánico a muchas cosas. Una de las cosas que más temo es que vuelva a atacarme lo mismo sin esperármelo, sin desearlo. Porque sí, aunque yo no lo quiera, siempre he deseado sentir algo, sentir los polos opuestos de un mismo sentimiento. Aunque parezca una locura, para mí, la alegría y la tristeza son el mismo sentimiento en polos opuestos. Puedes pasar de un lado a otro sin esperarlo, o ir progresivamente.

Cuando te encuentras repentinamente en el lado opuesto puede significar varias cosas. Si lo haces simultáneamente, es que estás mal de la cabeza, si lo haces progresivamente, es que estás bien de la cabeza.

Por lo que entendí en mi última consulta con el médico, antes de tomarme la medicación, yo siempre estaba en el lado triste de ese sentimiento, en el polo completamente negativo. Pero si soy completamente sincera, debo decir que realmente yo me lo he buscado.

No sé ni lo que digo, no me da tiempo a pensar lo que escribo, pero lo necesito.

Me chocó demasiado venirme desde tan lejos a un nuevo terreno, a construir un castillo nuevo. Aunque terminó muy bonito y todas esas cosas, la verdad es que siempre tuvo un alma bastante tétrico, pero era yo conscientemente en el inconsciente la que creaba ese ambiente.

Necesitaba refugiarme, no sé todavía de qué. Pero le tengo todavía bastante pánico. Así que intentaba hacerlo produciéndome una barrera de pánico a mí misma, como si intentara que para no estar triste me entristeciera, como cuando luchas contra el fuego con el fuego.

Lo he tenido tan metido en la cabeza, los polos opuestos, que no puedo evitar ser empática. ¡Y eso me está volviendo loca!

Mi nueva compañera tiene una pequeña muletilla que crea un conflicto en mí: "¿me entiendes?". Lo utiliza prácticamente en todas las frases que me dice, y en mi interior me entran ganas de contestarle que no, para no aburrirme tanto, ¡porque realmente la comprendo! Lo peor es que me cuenta lo contrario, y también la puedo llegar a comprender.

Y ahora empiezan los mareos...

He cambiado, de eso no me cabe la más mínima duda en absoluto. Declaro mis gustos y hago lo que realmente quiero, aunque hay veces en los que cedo, pero también es verdad que a cambio me dan algo.

Para mí siempre ha sido muchísimo más importante cuidar mi aspecto interior mucho más que mi aspecto exterior. Lo cual me hizo meterme mucho en mí y encontrarme casi sola. Ahora tengo a mucha gente, ¡y también muchas ganas de sonreír!

Y realmente os lo debo a vosotros. Por leerme, por comentarme (sobre todo a éstos últimos, que no son muchos). Me gusta saber que estáis ahí, que me seguís realmente, porque quiero saber qué sabéis de mí.

Que se lean artículos sueltos de vez en cuando no te permite conocer a una persona, pero leer cada uno de sus artículos y apoyarle con un pequeño comentario... ¡¡Eso a mí me anima muchísimo!!

Salir de aquí ha sido lo mejor que he hecho hasta ahora en toda mi vida (a parte de conocer a Onizeth). Vuelvo a tener mi castillo, pero esta vez no es tétrico.

No me preguntéis porqué he escrito todo esto, ha sido en un completo arranque de sinceridad interior que me exigía aclararme a mí misma el reflejo que muestro y el cómo soy en la realidad.

Porque la vida es así, con múltiples caras, todas reflejadas unas en otras, como la vida misma.