Mis Titos

Únicos, como nadie, son mis titos. Esos titos que te hacen tortillitas francesas para cenar que están de muerte, esos titos que hacen chiste tras chiste, esos titos que no se aguantan el espíritu dentro, esos titos que se lo merecen todo y mucho más.

Pero también son esos titos que se agotan, que envejecen, que tienen el espíritu cansado, que van todos los días al médico por algo...

Y aquí está Anazia, para sacarles una sonrisa, una última voluntad de ser serviciales...

Hoy he ido a verles, después de demasiado tiempo sin dar pistas de mi vida. Saben lo mío, y lo que más me sorprende es que lo comprenden. Con ellos me siento parte de una familia, una familia alegre, con ganas de vivir, con la cabeza en los hombros.

Les quiero mucho, y ha llegado el momento de darles todo lo que me han dado. El jueves iré al Museo Municipal con mi tita.

Gracias Wen.