domingo, abril 30, 2006

Recuerdos Inducidos (Televisión)



Quiso la vida que una Anazia chiquitita creciera en un buen ambiente de clase, donde era divertido emprender cualquier tipo de proyecto y resultaba interesante. Si os fijáis muy bien en la foto que aparece en ese periódico de arriba donde pocos entenderán una palabra está esa Anazia chiquitita, un poco sorprendida sin esperarse la foto.

No os voy a traducir todo lo que dice porque es muy largo. Lo he puesto para tenerlo en mi pequeño rinconcito del recuerdo. Es el periódico del colegio de aquél entonces donde publican la noticia de un proyecto de mi clase en el que queremos demostrar lo horrible que es la televisión y lo mentirosa que es...

Cada palabra que leo me trae a la mente un poquito más a esa Anazia chiquitita, pero no recuerda el papel que tenía, no recuerda qué era lo que ella hacía en ese proyecto, pero sí sé que aprendió bastante sobre la televisión y entendió porqué es tan horrible. Tenía un pequeño papel principal.

Era una pequeña obra de teatro que preparamos en mi clase, consistía en una programación noticiera y los anuncios, el anuncio que presenta en el periódico trataba sobre un niño que no sabía escribir con bonita letra y la madre le compra un libro de caligrafía, a lo cual el presentador salía de algún lado y decía que si se daban cuenta lo bueno que era el producto, pero el niño seguía escribiendo igual de mal. Sólo me vienen a la mente sensaciones muy agradables de aquellos días preparando el teatrillo, pero no recuerdo detalles, supongo que menos es nada.

viernes, abril 21, 2006

Aventuras en el Tiempo

Cuando la rutina se rompe por hache o por be quiere la vida que no te des ni cuenta. ¿Quién me habría dicho a mí por la mañana mientras vestía a las niñas que mi día a día a veces se ve interrumpido? ¡Cuántas veces me habré quejado por la monotonía!

No sé ni por donde empezar a contar el día de ayer. Creo que la mejor manera es empezar por partes y con una pequeña descripción para la introducción.

El Fin principal del día: que Onizeth llegue a Madrid para dormir allí la noche.
Objetivos: Ir con ropa nueva para estar bien presentable, arreglar la maleta, ir en tren.

Fase 1

Empieza mi rutinaria mañana hasta el momento de llevar a las niñas al cole, a partir de ahí se transforma en una carrera contrarreloj. Había que encontrar un traje bien de precio (ante todo calidad/precio) y que le quede bien a Onizeth. Y no contentos con eso también había que comprar el resto de la indumentario que conjuntara con el traje, le gustara y se sintiera cómodo. A mí me parecía pedirle peras al Olmo, pero habría que intentarlo. Así que entramos en varias tiendas de alta gama y no tan alta gama y nos aventuramos de probador en probador. A la cabeza no paraba de venirme la canción de Pretty Woman, pero en versión: Handsome Man, de cuando se va de tiendas y se lo pasa bien.

La mañana pasaba entre los "la chaqueta me queda bien, pero el pantalón no" y viceversa. Al cabo de tres trajes se descubrió que probar trajes con camiseta es pedirle demasiado al traje, así que habría que ir a contrarreloj a cambiarse por una blusa. En casa se aseguró de la necesidad de traje completo y resultó que con un pantalón de pinza y una camisa decente (añadiéndole una corbata) habría más que suficiente.

Vuelta al Handsome Man encontramos lo ideal, un pantalón con precio decente y no mala calidad, que le servía, y una camisa con un color normal, por precio agradable (aunque desembolsarlo es otro tema) y unos zapatos decentes.

Fase 2

Se puede resumir en una frase: "Un poco de prisa". Después del Handsome Man, con bolsas y más bolsas de todos lados (aunque sólo había dos, pero la falta de costumbre de salir de compras parecen aumentar su cantidad), nos decidimos a comer, en el primer sitio que encontramos rápido. Ya eran las 3 de la tarde, el tren salía a las 4:50, había que hacer las maletas, comer, etc. Aún así, las prisas no corrían por nuestro cuerpo, estábamos activos, aunque relajados. Corriendo hicimos de todo. Maletas, comer, recargar móvil.

4:50 Llegamos a la estación, demasiado justos porque los semáforos no tenían ganas de dejarnos pasar (debería habérmelos saltado, pero mi conciencia no me lo permitía). El Tren ya se había ido.

Fase 3

Se puede resumir en una sola palabra: PRISAS. Gracias a Dios nos cambiaron el billete para el AVE de las 19:00, eran las 17:00 y decidimos coger el GPS e irnos en Scotty. Simplemente había que repostar en la gasolinera y para adelante. Por lo general se tarda una hora en ir a Sevilla, por lo que prácticamente tenemos tiempo de sobra. ¡¡¡¡ERROR!!!!

A unos 40 kilómetros a punto de llegar a Sevilla hay aviso de atasco en 7 km. Lo que se respira en el coche no es aire, es pánico, porque si el atasco comienza a los 33 km más o menos, como llegue hasta la ciudad nos daría un infarto de miocardio. Ese atasco era a causa de un accidente, así que la cola no era demasiado larga. No sé si lo habréis notado, pero sí, he dicho "ese". Después de pasar ese atasco hay otro cartel de que en un kilómetro hay más atasco. 6:30, no nos llegaba el aire. El GPS calculaba que tardaríamos 35 minutos en llegar, teníamos el corazón en la garganta. Encima el AVE, que tiende a no retrasarse para no devolver la cantidad pagada por el billete.

A los 25 minutos llegamos a Sevilla, adivinad, ¡¡más atascos!! La ciudad en sí es un caos, ni tres carriles para el mismo sentido son capaces de encauzar tal cantidad de tráfico. El GPS con sus mapas no actualizados nos indica calles que están cortadas y no contentos con eso, se acaba volviendo loco y se niega a guiarnos. No sé cómo acabo viendo la estación, son las 7:05. Ya está perdido, pero igual podemos recuperar algo, aunque nos tememos lo peor: volver a pagar la totalidad del billete.

¿Sabéis cuándo encuentro un hueco libre para aparcar? A las 7:30, y mal estacionado en una zona de carga y descarga de la estación. Estábamos ya casi desesperados. Salimos volando a Santa Justa para la sección de información, nos envían a una zona de AVE, y la chavala, amablemente haciendo una excepción, permite que pillemos otro billete pagando únicamente el 20% de la tarifa general (14 €). A estas alturas ya nos daba igual gastar más o menos dinero, ya todo daba igual, Onizeth tenía que pasar esta noche en Madrid.

Mientras Onizeth espera en la cola hace una llamada a una amiga, y yo aprovecho para estacionar el coche bien... Haceros una idea, una Anazia que quiere aparcar en Sevilla, pilla una carretera larga con cuatro carriles que casi no permite salirse, todo para adelante, adelante y adelante. Harta ya de todo, se mete por donde no debe, hace cosas que jamás haría, pero acaba aparcando. Se vuelve con Onizeth a punto de acabar la supercola, ni los supermercados en hora punta tienen tanta cola como la fila del AVE en la estación de Santa Justa. Le cambian el billete para las 21:00, hora a la que tenía pensado llegar a Madrid. Risa floja.

Comunicamos los cambios a las respectiva entidades (padres, tíos y demás) y nos permitimos tomarnos algo. Llega la hora de la despedida y apaciblemente nos acercamos al andén. Despedidas alegres y rápidas. ¡Bolso perdido!

Fase 4

Todavía no ha acabado el día... El bolso donde tenía el móvil para indicar diferentes acciones que quedan por llegar no estaba donde está siempre, pero esta vez el pánico no cunde. Estaba claro que con las desganas de que se fuera Onizeth se me había olvidado en la cafetería donde nos tomamos ese algo, así que mi amiga y yo nos dirijimos allí y efectivamente las camareras me lo habían guardado.

Ahora sólo quedaba un problema, salir de Sevilla. No tan poca cosa... Mi amiga me guía hasta su casa y me convence para que me quede a cenar, ya que el tráfico, con la vuelta a casa de la gente trabajadora, es todo un caos. Me relajo, ceno y pasa el tiempo.

23:40. Onizeth ya habrá llegado a Madrid capital y yo todavía estoy en Sevilla. Decido iniciar la vuelta con toda la desgana debida, pero la responsabilidad es la responsabilidad, y las niñas tenían que ir al colegio. Así que embarco mi vuelta a casa. Una Anazia sola en el coche de noche por la autopista, carne de gallina. Pero hay que ser valiente en la vida y pillar el toro por los cuernos.

Cuando llego a casa es el mismo momento cuando Onizeth llega a su respectiva casa para dormir. Toda una aventura con el Tiempo en contra.

PD: quería añadir todos los links posibles a historias pasadas, pero ya lo haré mañana porque supongo que la mayoría ya lo habréis leído y no dispongo de tiempo ahora mismo. El tiempo corre, y ayer lo redescubrimos.

lunes, abril 17, 2006

Recuerdos (Mahna Mahna)

¿Quién no recuerda algo entrañable de su niñez que acaba olvidando y sólo hace falta una imagen que le hacen revivir una sensación de aquél entonces?

Pues imaginaros una Anazia pequeñita, de las que no para de ver la tele engulléndola porque el tiempo de su país no acompaña a las salidas. Una Anazia que se sabe absolutamente toda la programación de memoria y salta de unos teleñecos a un Barrio Sésamo de un canal a otro como quien no tiene otra cosa mejor que hacer.

Ahí estaba ella, todas las tardes engullendo todo lo que veía, al monstruo de las galletas y a la rana Gustavo. Los momentos más impactantes fueron unos cuantos contaditos, de todos los años que se quedó viendo la televisión, recuerda el impacto que tuvo al ver en un documental cómo salían los pollitos de los huevos. Se le quedó grabado los armarios que utilizaban, donde no había gallinas, para empollar los huevos. Y con esas imágenes se figuró su armario encubando huevos, produciendo gallinas que ahorrarían la compra de huevos. Tendría una mascota en casa, que además produciría huevos, ¡sólo tenía que esconder un huevo en el armario!

Lo que no tendría en cuenta Anazia es con la temperatura ideal, así que se las ingenió para realizar una ruta diaria para el huevo. Pasaría el tiempo que Anazia estuviera en casa al lado de la calefacción, y el resto del día en el armario (casi igual que en el documental). Con lo que no contaba Anazia era la frecuencia a la que acudía su madre a éste, ya fuere para cambiarle la ropa a ella o para poner la ropa limpia... Así que buscó otro escondite, ¿qué mejor escondite que el cambiador de pañales de su hermana pequeñísima? Su hermana apenas pesa nada, así que debajo lo puso. Pero su hermana sí pesaba lo suficiente como para aplastar el huevo... Lo demás, imaginároslo.

Otra cosa que le impactó muchísimo a Anazia fue un video de los Muppets. Esta Semana Santa, en una tarde típica que no tenía nada mejor que hacer que investigar en el Google Video, se topó con el siguiente vídeo, que le recordó a la Anazia pequeñita que veía todos los muppets para volver a ver ese vídeo. Fue su obsesión durante semanas. Ahí lo tenéis:



L
a letra , por supuesto:


Mahna mahna
(ba dee bedebe)
mahna mahna
(ba debe dee)
mahna mahna
(ba dee bedebe badebe badebe dee dee de-de de-de-de)

(repeats)

mah mama na mahna mah namwomp mwomp
ma mo mo mana mo
mahna mahna
(ba dee bedebe)
mahna mahna
(ba debe dee)
Mahna Mahna!
(ba dee bedebe bedebe badebe debe de-de de-de-de)

sábado, abril 15, 2006

Renacimiento

Cuando el alma,
acobardada,
agoniza hasta morir,
parece no sobrevivir.

Cuando el alma,
desde dentro,
amenaza con morir,
no sabe nada de vivir.

Cuando el alma
muere lentamente
hasta olvidarse de vivir
quieta se queda.

Cuando el alma
quieta se ha quedado
y ve la luz en el túnel,
lo sigue.

Cuando el alma
la luz ha seguido
ha vuelto a nacer
en otra alma distinta.

¿Por qué muere el alma?
¿Por qué insiste en morir?
¿Por qué vuelve a nacer?
¿Por qué deja de vivir?

Sé que la poesía no es lo mío, y menos aún este poema en el que no he estado inspirada. Pero necesitaba expresar de una forma poco clara lo que he vivido esta semana.

miércoles, abril 12, 2006

Cualquier Semana Santa

"Huelva se inhunda de Semana Santa". Pocas frases metafóricas me han parecido tan literales. Los autoconsiderados ateos repentinamente recuerdan su creencia en las imágenes que han venerado de siempre sus amigos o conocidos y desean pertenecer a esa clase de penitontos que encapuchados cumplen una penitencia (si supieran lo que es eso), pero quieren ser penitontos, quieren pagar una suma bastante considerable para dar una vuelta por la ciudad disfrazados de eso, de penitontos, a un paso acojonantemente lento. O peor aún, los costaleros, los que llevan el paso a sus cuestas. No me parecería tan mal si no fuera porque no sólo no te pagan por llevar unas toneladas a tus espaldas, sino que encima tienes que pagar tú por llevarla... Ni los penitontos son tan tontos.

Por lo que he dicho arriba, cualquiera podría deducir que la Semana Santa no es santa de mi devoción, y no sólo eso, sino que estoy completamente en contra de esa creencia y que esa semana debería eliminarse del Calendario. Pero no, no soy tan radical.

A mí me parece bien que tengas una creencia y que en la semana en la que se te permita predicarla a los cuatro vientos sin tener que sufrir la más mínima vergüenza lo intentes hacer a bombo y platillo. Ya sea perteneciendo a la banda, a los penitontos (lo siento, no puedo evitar llamarlos así) o a los costaleros. Incluso podría aceptar que lo hicieras porque te divierte hacerlo (como en Carnavales). Lo que no estoy dispuesta a tolerar son una serie de cosas que me indigna numerarlas.

¿Por qué eres devoto sólo en Semana Santa? Es un hecho que me recuerda a la captación de fondos de la iglesia, que intentaba que pagando te evitarías el sufrimiento de antes de llegar al cielo (ahora mismo no me viene el nombre a la cabeza). Además, cuanto más pagaras, más asegurado tenías el cielo... Lo cual me da a pensar que la Semana Santa es el agosto de la Iglesia. Por eso la promocionan tanto.

¿Por qué crees que los demás también deben ser debotos de la Semana Santa? Eso me recuerda a la disputa de los fumadores y no fumadores. No sabría decirlo ahora con palabras, pero es así. Un fumador no puede pretender que un no fumador sea tolerante si él no lo es con el no fumador. Un respeto a todas las creencias, aunque no existan.

Y no contentos con eso, si no me gusta la Semana Santa, ¿por qué la tengo que soportar? Eso que me corten las calles me revienta las tripas. Una semana de completa transformación, que si no fuera por los días de vacaciones, ya me escucharía el Alcalde.

Ahí tenéis mi humilde opinión. Menos mal que mi padre nunca me dejó ser una penitonta.

sábado, abril 08, 2006

Motivaciones

Hablando con mi hermana menor discutíamos sobre eso, motivaciones. Resulta que en la entrega de notas no le ha ido nada bien, ¿por qué? Es algo que como le he dicho a ella, entiendo, pero no comparto.

Después de un primer trimestre también desastroso recibe un pequeño castigo, no se le permite salir, algo que a ella le gusta bastante. Al poco tiempo le levantan el castigo, porque mis padres no han podido evitar ser mucho más blandos con ella que cuando me criaban a mí. Yo creo que era también porque yo aprendí por mí misma lo que es la educación...

Ahora con el segundo trimestre desastroso replica que era porque no estaba motivada, como no le dejaban salir no sentía ninguna motivación... A mí me exaspera, ¿qué motivación puede ser mejor que el pasar al siguiente curso con buenas notas? Pues como le castigaron el segundo trimestre sin salir encontró la excusa perfecta para dejar los estudios a un lado.

No sabe vivir sin maquillarse unos rabillos en los ojos y sentirse supermayor con una inteligencia superior. Es verdad que es inteligente, pero no tiene un pelo de lista. Cree que ya sabe todo lo que hay que saber sobre la vida de una persona y que no le queda nada por aprender, así que malgasta el tiempo en maquillarse y el dinero en revistas tontas como la Super Pop.

Para ella lo más importante es sentirse motivada, me recuerda a los artistas que buscan la inspiración... Cree todavía que la felicidad consiste exclusivamente de alegría, y que sin felicidad no se cunde...

Me revienta las tripas que se crea superior a sus propios padres, que sea sorda, porque alguien quien hace oídos sordos es sordo, que mis padres no la eduquen como me han educado a mí a base de palos.

Nuestros horarios no tienden a coincidir, cuando estoy yo, no lo está ella y viceversa. Le queda mucho por sufrir.