miércoles, enero 11, 2006

Tiempo pasado y logros... ahuyentados

Él me tiene acostumbrada a un cariño especial entre ambos, en el cual las demostraciones de afecto han dejado hace bastante de ser frecuentes. Siguen estando ahí, pero de otra manera, ya no son tan apasionadas ni arrebatadas como en un principio.

Con el paso del tiempo me doy más cuenta que echo esos momentos terriblemente de menos, yo sigo siendo aquella que fui, pero él no. Él madura con el tiempo que pasa, mientras yo sigo siendo esa niña chica que sólo quiere atenciones para ella. A lo cual me doy cuenta que dependo demasiado de su afecto y que eso no me conviene para nada. Así que me debato en mí misma qué debo hacer.

Tomo una decisión, intentar madurar también, sobre todo, dejar de ser tan dependiente (creo que toda la independencia hacia el resto de las personas contrarrestan con lo que dependo de él). Después de una ardua lucha contra mí misma, ¡lo consigo!

No fue hace mucho cuando creí haber conseguido este logro, apenas se pueden contar los días con los dedos de las manos... pero llega hoy.

Por la mañana no me pudo ir peor con las niñas, porque entonces me tendríais que buscar ahora en un manicomio. Fui a verle mientras se cortaba su ya casi larga melena, con la esperanza de disfrutar durante una hora de su escasa compañía, pero mis esperanzas quedan aplastadas por el tiempo, ¡pero no me resigno! Simplemente lo acepto, un gran paso para mí.

El instituto, un tiempo no de diversión, desde luego, pero sí de distracción.

Hoy salgo "temprano" y me decido acercarme a su casa...

Reconocí a ese Onizeth que conocí en el principio, y sólo puedo dedicarle esta canción, mientras una lagrimita de alegría resbala por mis mejillas: