Fueron y dejaron de ser
Fueron y dejaron de ser,
se hicieron y se deshicieron.
Nacieron en un mar de hojas verdes,
murieron en la incomprensión de la vida.
Dioses que marcais con duros, destinados trazos,
acariciais para dar un macabro final.
Pero...
pero nosotros vivimos en un ocaso con miles de retornos.
Ya conozco vuestras tramposas manos.
Ríen aquellos aires,
llora aquel resplandor de montes,
y una música de margaritas blancas
embriaga al corazón cuando melancólico ríe, llora...
Ahora soy real, vivo de nuevo
en esta ciudad fantasma, sin casas en los árboles.
Y tú, alguien, me traes las mariposas y los ángeles a este,
este mi borracho mundo.
se hicieron y se deshicieron.
Nacieron en un mar de hojas verdes,
murieron en la incomprensión de la vida.
Dioses que marcais con duros, destinados trazos,
acariciais para dar un macabro final.
Pero...
pero nosotros vivimos en un ocaso con miles de retornos.
Ya conozco vuestras tramposas manos.
Ríen aquellos aires,
llora aquel resplandor de montes,
y una música de margaritas blancas
embriaga al corazón cuando melancólico ríe, llora...
Ahora soy real, vivo de nuevo
en esta ciudad fantasma, sin casas en los árboles.
Y tú, alguien, me traes las mariposas y los ángeles a este,
este mi borracho mundo.
Teresa Mª Ollero González
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