miércoles, junio 29, 2005

Cuando el manto verde tapice tu corazón

Cuando comamos nuestra miseria,
y nuestro orgullo, sin importarnos, se desvanezca,
cuando reguemos el jardín oculto
y florezca el cansancio de tu cuerpo
entre barrotes de metal,
entonces seremos libres, Tere,
y un manto verde tapizará el pasado.
Será entonces cuando ese cansancio habrá merecido la pena.
Cuando esto ocurra, cerrando los ojos,
verás que somos subasta de vida,
verás que somos, Tere, negocio de Dios.
Pero ahora, desea lo intangible,
conquista lo indeseable,
eclipsa tu destino
y contágiame ese cansancio, Tere,
en el negro amanecer,
donde vive el silencio.
Y alargando tu mano hasta tocar "el todo"
consume tu vida,
y planta las semillas del olvido
para más tarde cortar la flor,
flor de escombros,
y coger el fruto de la inquietud, Tere,
que se encuentra en el fondo del pozo,
sin prisas,
donde oyes el eco del silencio,
donde ves las tinieblas de la luz.

Entonces nos cubrirá ese manto del que te hablo,
entonces ya no nos importará el cansancio,
las ramas de la desesperación habrán sido cortadas
y comenzaremos a vivir abrigados por el frío del jardín...
Recordaremos entonces el ayer,
y no nos dará miedo despertar en este mundo vacío de dolor,
ya que se ha desvanecido nuestro orgullo,
y se rompieron los lazos que nos unían a la miseria.
Será entonces cuando el amanecer ya no sea negro,
será entonces, Tere, cuando el manto verde tapice tu corazón.


Alejandro Garrido Sánchez