martes, julio 05, 2005

Sé que tras las lluvias negras

Sé que tras las lluvias negras
llega sereno el amanecer dorado
con la brisa naranja y el perfume azul.
Me consta que la esperanza está escondida,
abrigada en el alma.
Supongo que sí, que con los dedos
debemos rozarla,
que existe el alba,
que hemos de cerrar los ojos y confiar,
pues allí no hay llantos, ni dolor, ni lluvias.


Abril Tejedor Benítez